domingo, 21 de junio de 2009

Viaje de supervivencia

PRIMER DÍA

El pasado miércoles a las 07:30, tres buses con 71 estudiantes de la Universidad de las Américas (UDLA), de las carreras de periodismo y multimedia, partieron rumbo hacia Shell. Un pueblo ubicado en el Oriente ecuatoriano, en la provincia de Pastaza, donde permanecieron hasta el viernes.

El objetivo del viaje se trató para que los estudiantes conocieran cómo actuar en un momento de guerra, y es que sus carreras ameritan el caso.

El viaje duró aproximadamente 6 horas. Entre cánticos, risas fotos y chistes, los jóvenes esperaban llegar al lugar, sin saber lo que les esperaría.
Cada uno cargado su mochila de viaje, y un sleeping, descendieron de los buses e inmediatamente una voz militar se escuchó: “los hombres hagan una fila y las mujeres otra”, esa voz de mando era del teniente Benalcázar.

Ordenados recibieron los materiales: una mochila de color verde, esas que usan los militares habitualmente, una hamaca toldo, un cobertor para la hamaca toldo, un poncho paraguas, una cobija, y una cantimplora.

Cuando el reloj marcó las 15:30 se dirigieron al almuerzo, sopa de lenteja con col, arroz frío y sin sal, carne dura, y un banano. Más de uno puso mala cara y dejaron la comida, otros prefirieron alimentarse.

Ese mismo día recibieron clases de supervivencia, y aprendieron cómo inyectar, y lo que se debe hacer si alguien sale mal herido.

Con la lluvia a cántaros tuvieron que salir corriendo hacia la casa del shaman Iwia, para que les purificara y que dejaran todas las malas energías fuera, antes de adentrarse en la madre selva.

Entre la oscuridad tuvieron que darse modos para bajar 130 gradas que les llevaría a las cabañas donde dormirían.

Foto de: Julia Guerra

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